La creencia de que las empresas que trabajan por causas sociales no pueden generar ganancias (y viceversa) poco a poco está quedando atrás, gracias al trabajo de personas que se han esforzado por fusionar ambos intereses a través de organizaciones que son un poco como un negocio y un poco como una asociación de apoyo social o medioambiental.

Estas organizaciones han dado paso a las inversiones de impacto que, cabe resaltar, son muy distintas a las inversiones con responsabilidad social. Éstas últimas se caracterizan por ser selectivas y evitar determinadas empresas, como por ejemplo aquellas de la industria del tabaco, por mencionar algunas.

Por qué la “empresa perfecta” no existe

Los gestores de inversión reconocen que en el entorno actual no existen “empresas perfectas” que se salven de tener algún elemento social o medioambiental negativo, aunque sea pequeño. En lugar de enfocarse en esto, una mejor estrategia tanto para estos fondos de inversión como para aquellos individuos interesados en invertir en el rubro es investigar y apoyar a compañías que desarrollen productos o servicios encaminados a combatir problemas mundiales y cuya filosofía y valores se apeguen a ciertos estándares éticos, sin olvidar por supuesto la evaluación rigurosa para determinar el potencial económico y el éxito de los proyectos.

El creciente auge de las inversiones de impacto en los últimos años ha dado origen a dos tendencias:

  • El esfuerzo por lograr que las inversiones de impacto tengan tasas de retorno más altas y sean competitivas con las del mercado.
  • Más inversionistas decididos a incluir en su portafolio inversiones que apoyen causas que estén relacionadas con causas sociales o el cuidado del medio ambiente.

El Coronavirus, un wake up call más a la lista

La pandemia representa una gran oportunidad para las inversiones de impacto, pues éstas podrían verse impulsadas gracias a la urgencia de apoyar proyectos sostenibles y con impactos positivos, sobre todo en el área medioambiental, creada en gran medida a raíz de que cada vez más personas alrededor del mundo se están dando cuenta de que estamos llegando al límite de los recursos del planeta.

Además de esto, la cuarentena y esta “nueva normalidad” que empieza también ha servido de reflexión para muchos, pues nos hemos dado cuenta de que podemos dejar ir actitudes, hábitos y formas de pensar (tanto en el área laboral como personal) y dar paso a nuevas oportunidades y mejores formas de vivir y desarrollarnos.

Para todas aquellas personas que tienen la inquietud de dejar su huella en el mundo y contribuir al desarrollo social pero no saben cómo hacerlo, ahora más que nunca las inversiones de impacto son una opción que vale la pena discutir con un asesor de inversiones para poner a trabajar tu dinero en causas que resuenen con tus intereses y que además te permitan obtener un beneficio económico.

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